Este 2019 se cumplieron siete años desde la reestructuración de los procesos liderados por la Pastoral Juvenil y Vocacional desde la conformación del Distrito Lasallista Norandino, haciendo parte del Sector Medellín. Distintas son las trayectorias que componen estas estrategias de formación en liderazgo y acompañamiento desde los cinco Valores Lasallistas, los cuales se ponen en evidencia cumpliendo cada tramo que alimenta esta experiencia. Hoy una nueva generación de jóvenes afianza su ser cristiano partir de la formación en liderazgo juvenil, eje importante en la consolidación de comunidad Lasallista.
No solamente aportan a la dinámica pastoral aquellos chicos que se vinculan a los procesos de las Escuelas de Formación en Liderazgo Juvenil ESFORLIJ, sino también quienes a través de los diferentes grupos institucionales ponen a prueba sus talentos y habilidades al proyectarlos a la comunidad. Un ejemplo claro de ello, son los jóvenes que cursan grado Décimo quienes a través de la resignificación del Servicio Social Obligatorio (SSO), para nosotros Servicio Apostólico Lasallista (SAL), reconocen la importancia de aportar a la reconstrucción del tejido social, desde sus habilidades y conocimientos adquiridos a lo largo de su proceso formativo.
Ellos, junto con los demás miembros de la institución han demostrado que no se trata únicamente de movilizar grandes masas en pro de una iniciativa, también se vive la fe en las cosas más simples. Como bien expresó el empresario norteamericano John Willard Harriot (1900-1985) “Son las pequeñas cosas, las que hacen las grandes cosas posibles”, y donde precisamente se han logrado grandes hazañas es en la sencillez del servicio, particularmente, cuando aquellas buenas obras permiten identificar al otro como par, como ser que comparte en fraternidad con su entorno.
Por razones como las anteriores el Instituto La Salle, desde la Pastoral Juvenil y Vocacional, le apuesta al cambio. Ese que parte desde la persona misma, la familia y la relación con quienes son cercanos, y a su paso genera ambientes de justicia. Porque realmente el gran compromiso como instituto a nivel mundial, es poder asociarse, compartir la idea de transformar al mundo desde los pequeños actos de empatía, y así demostrar juntos en comunidad que “grandes cosas son posibles”.
